Una espectacular excursión durante el viaje de su vida se convirtió en una trampa mortal para la turista brasileña Juliana Marins, una publicista de 26 años. La joven, que cayó hace cuatro días por un resbaladizo precipicio mientras ascendía el volcán Rinjani, en Indonesia, fue localizada sin vida este martes durante las operaciones de rescate. “Hoy los equipos de rescate lograron llegar hasta el lugar donde estaba Juliana Marins. Con inmensa tristeza, informamos de que ella no resistió”, dice el mensaje publicado por sus allegados en la cuenta que abrieron en Instagram para alertar sobre su odisea y pedir ayuda. Martins recorría sola el Sudeste asiático. El Ministerio de Exteriores brasileño desplazó a dos funcionarios hasta el lugar del accidente, la isla de Lombok, a 1.400 kilómetros de la capital, Yakarta, para seguir las tareas de rescate.

El fallecimiento se ha conocido cuando en Brasil arrancaba el martes y la jornada ya estaba terminando en Indonesia. “Al final de cuatro días de trabajo, dificultado por las condiciones meteorológicas, el suelo y una visibilidad adversa, el equipo de la Agencia de Búsqueda y Salvamento de Indonesia ha encontrado el cuerpo de la turista brasileña”, dice la nota en la que la cancillería también da el pésame a la familia Marins. Medio centenar de personas han participado en las tareas de rescate, informa Reuters. El padre de la brasileña estaba en ruta hacia Indonesia para seguir el rastreo cuando su viaje quedó interrumpido el lunes por el ataque iraní a una base de EEUU en Qatar en medio de las guerras regionales.

La familia Martins arrancó este martes aún con esperanza porque el lunes la joven fue localizada por un dron. Estaba inmóvil, agazapada en una pared con una fuerte pendiente. Los equipos de rescate que la han hallado calculan que se deslizó más de un kilómetro pendiente abajo. Se desconocen las causas exactas o el momento de su muerte, pero desde que cayó estaba sin agua, comida ni abrigo en un lugar donde las temperaturas se desploman de noche a un grado centígrado y envuelto a menudo en una densa niebla. El monte Rinjani, un volcán activo, tiene más de 3.700 metros. Es la segunda montaña más alta de Indonesia. Según Reuters, varios excursionistas han fallecido en la excusión al volcán, incluido uno el mes pasado.

La viajera ha sido despedida por las principales autoridades de Brasil, con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva a la cabeza. El mandatario ha expresado en redes su solidaridad a la familia, en su nombre y el del sus compatriotas, y ha prometido toda la ayuda diplomática y consular necesaria.

Ante la noticia del accidente, la familia Martins dejó todo para centrarse en la búsqueda. En cuanto, el sábado su hermana, Mariana, y sus padres fueron alertados por otros excursionistas, emprendieron gestiones de todo tipo y una campaña en redes para llamar la atención sobre el asunto.

Los Marins lograron que el Gobierno se implicara de lleno en el esfuerzo por salvarla de aquel barranco en la otra punta del planeta. Su llamamiento funcionó. Llegó justo en un fin de semana en que Brasil vivió con espanto un grave accidente con turistas en su propio territorio. Un globo aerostático se incendió en pleno vuelo y murieron ocho turistas en el estado de santa Catarina. Este martes ha trascendido que el piloto del globo carecía de licencia para volar con pasajeros.

Los parientes de la joven accidentada en Indonesia centralizaron las peticiones de ayuda y la información que recibían en perfiles creados exprofeso en Instagram y en TikTok. También desde ahí combatieron las falsedades y los fraudes que fueron apareciendo al hilo de la carrera contrarreloj para que fuera localizada. El domingo, el Ejecutivo brasileño pidió ayuda a las autoridades indonesias al más alto nivel, además de enviar a dos funcionarios al escenario del suceso, un lugar remoto pero un destino turístico popular.

Martins había contratado con una agencia local una excursión que demora unos tres días y dos noches para ascender al volcán Rinjani. Queda en Lombok, una isla al lado de Bali. El accidente, cuyas circunstancias se desconocen, ocurrió en el segundo día de senderismo, cuando se separó momentáneamente del grupo y del guía con los que ascendía porque estaba agotada y no podía seguir el ritmo.

La veinteñaera Marins, de Niteroi, una ciudad frente a Río, estaba viajando por el Sudeste asiático. Tras visitar Filipinas, Vietnam y Tailandia, llegó al archipiélago de Indonesia.