Tras ser objeto de una campaña de desinformación, racismo y misoginia, el mundo árabe se ha volcado para apoyar a Imane Khelif, la boxeadora que está en boca de todos en estos Juegos Olímpicos desde días antes de su combate con la italiana Angela Carini, que se negó a continuar la pelea con la argelina tras solo 46 segundos en el ‘ring’.
Ahora, cada victoria de Khelif es también la de todo el pueblo argelino y las mujeres árabes, que apoyan y siguen con especial interés cada uno de sus movimientos en la categoría femenina de 66 kilogramos de la competición de boxeo olímpico.
“Ojalá esta crisis terminase con una medalla de oro, lo cual será la mejor respuesta”. Ese es el deseo declarado de Khelif y el del mundo árabe, que consideran que la victoria de esta joven de 25 años sería la mejor forma de acallar el linchamiento mediático sufrido por la atleta.
Khelif es ahora ‘La hija de Argelia’, dice la comunidad árabe
“La hija de Argelia” es el apodo que se lee repetidamente en redes sociales en referencia a la lucha en París de Imane, la “heroína” que ha conseguido unir a toda la comunidad argelina y araboparlante.
En semifinales y con la medalla de bronce ya asegurada, el oro se convertiría en una victoria para los árabes, que consideran en redes que “ha sido intimidada por un mundo que apoya firmemente la homosexualidad y a las personas transgénero, pero cuestiona maliciosamente su feminidad”.
“Estamos contigo y te apoyaremos hasta que ganes” o “el oro está a tu alcance y al nuestro” son algunos de los comentarios que ha recibido Khelif por parte de internautas árabes, que desde el primer momento salieron en defensa de la argelina.
Lin Yu-ting, boxeadora taiwanesa: Un camino hacia la gloria olímpica ‘entorpecido’ por estereotipos
La joven peleadora ya sufrió este discurso de odio en los Mundiales de Boxeo 2023 organizados por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA, en inglés), en los que se le impidió competir porque un supuesto test de género reveló altos niveles de testosterona.
¿Las mujeres árabes son objeto de persecusión?
“No es la primera vez que se acusa de algo así a etnias distintas de la blanca… Si una mujer no encaja en la narrativa estereotipada de la etnia a la que pertenece, en este caso ‘musulmana de habla árabe’, no se le concederá su feminidad”, aseguró a EFE una mujer egipcia que prefirió mantener su anonimato.
“Se ha convertido en un símbolo, sin duda, y yo diría más bien un símbolo del feminismo sin ser performativo, e incluso contra el racismo, pero no contra la transfobia. ¿Cómo puede ser un símbolo ella si no es trans?”, añadió.
Esta joven de 28 años señala que las acusaciones están derivadas de “un sesgo occidental hacia las mujeres árabes y musulmanas que no encajan en estereotipos culturales”.
Además, considera que, aunque Khelif se ha convertido en un símbolo, “las acusaciones de transfobia son infundadas y no desaparecerán fácilmente”, una opinión que replica a la de gran parte de la comunidad árabe en redes sociales.
La transfobia, sin embargo, puede afectar a personas que no son trans, debido a que esta proviene de una discriminación basada en estereotipos de género, al igual que el machismo. Cuando una mujer cisgénero no cumple con el canon de belleza occidentalizado, como ha pasado con las boxeadoras Imane Khelif y Lin Yu-Ting en París 2024, se les acusa de no ser mujeres. Al no ser lo suficientemente femeninas y por ende, no ser mujeres, se sugiere que son “hombres” o mujeres trans. Y eso proviene de estigmas de transmisoginia.
Desinformación sobre el género de las mujeres
El bulo de que Khelif era una atleta transgénero se propagó rápidamente en redes sociales, donde personalidades como el expresidente de Estados Unidos y candidato republicano, Donald Trump, el empresario Elon Musk e incluso algunos boxeadores olímpicos se posicionaron en contra de la participación de deportistas trans a raíz del ‘caso Khelif’.
Igualmente, la escritora J.K. Rowling ha lanzado constantes ataques contra la boxeadora argelina y no se ha retractado al respecto de esta información falsa. La autora de ‘Harry Potter’ ha tomado como estandarte la lucha contra las poblaciones trans, bajo la consigna de que “defiende a las mujeres”. Ya en múltiples ocasiones, organizaciones feministas han denunciado la transfobia de Rowling.
La realidad es que Khelif es mujer de nacimiento y el Comité Olímpico Internacional (COI) así lo consideró en su carta de admisión. Sin embargo, ello no frenó las críticas y acusaciones que ha enfrentado la atleta, basadas en prejuicios y estereotipos.
Khelif representa como mujer a Argelia, país donde no se permite el cambio de sexo registral ni el tratamiento hormonal para personas trans.
Tras su último combate y el peso de la polémica sobre su espalda, Khelif alzó la voz: “Dirijo mi mensaje a todos los pueblos del mundo para que respeten los principios olímpicos que están estipulados en la Carta Olímpica: eviten el acoso contra las atletas”.