En los últimos años, Coahuila experimentó un incremento de 18 por ciento en las denuncias por casos de violencia contra la mujer, pese a que sólo entre el 20 y el 25 por ciento de las mujeres que sufren una agresión, la reporta formalmente ante autoridades, mismas que sostienen que el alza también se debe a que hay una mayor cultura de denuncia.
VANGUARDIA publicó ayer el caso de Paty, una joven que denunció haber sido víctima de abuso por parte de su ex coach en el equipo de futbol americano VQueens cuando era menor de edad. Años después decidió denunciar ante las autoridades.
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Sin embargo, el camino hacia la justicia ha estado lleno de obstáculos. En mayo de 2024, la jueza Nuvia Jannely Aguillón Rodríguez determinó no vincular al agresor a proceso, alegando falta de pruebas adicionales. Aunque reconoció la credibilidad del testimonio de Paty, no consideró suficiente la evidencia para proceder. Esta decisión generó indignación entre las víctimas y defensores de los derechos de las mujeres, quienes piden que se tomen en cuenta los testimonios y el contexto emocional y psicológico de las víctimas, más allá de los elementos materiales.
A pesar de la decisión de la jueza, la Fiscalía General de Coahuila busca apelar la resolución e imputar al agresor por estupro. Mientras tanto, Paty continúa con su proceso de sanación, apoyada por su familia y terapia, pero aún espera que se haga justicia, algo que considera fundamental para evitar que otras mujeres sufran lo mismo.
Ante el incremento en las denuncias por violencia contra la mujer, autoridades han implementado estrategias para mejorar la atención a víctimas y prevenir los casos. En el estado hay seis centros de justicia y empoderamiento de la mujer, donde se da apoyo legal, psicológico y social a mujeres.
Además, se han implementado “puntos violeta” en establecimientos comerciales, donde las mujeres pueden pedir ayuda inmediata en situaciones de riesgo. Estos puntos han sido clave en zonas con alta incidencia de violencia como Saltillo 2000 y Mirasierra, atendiendo ya varios casos.
Asimismo, el estado ha hecho esfuerzos en la prevención del embarazo adolescente, un fenómeno estrechamente ligado a la violencia contra las mujeres. En 2024, se ha registrado una disminución en los embarazos de menores de 15 años, gracias a programas de educación sexual y campañas en escuelas primarias y secundarias. Estos esfuerzos también buscan garantizar que las adolescentes embarazadas puedan continuar sus estudios, mediante sistemas abiertos y becas.
A pesar de los avances en la denuncia y la atención, la violencia contra las mujeres persiste como una de las principales problemáticas en Coahuila. La violencia psicológica, física y sexual sigue afectando a miles de mujeres, quienes muchas veces no encuentran el respaldo necesario para romper el ciclo de abuso.
Para lograr un cambio real, las autoridades insisten en que la clave está en la prevención y en la educación desde la infancia, tanto para niñas como para niños, con el fin de erradicar conductas violentas.
