Hace muchos días que se extinguieron Eaton y Palisades, los incendios que dejaron 29 muertes y han cambiado el rostro de Los Ángeles. Pero la emergencia provocada por los fuegos no ha terminado en el Ayuntamiento, donde las cenizas han dejado una crisis política que afecta a Karen Bass, la primera alcaldesa de la ciudad. Bass ha comunicado de manera sorpresiva este viernes el cese de la jefa de bomberos, Kristin Crowley. El despido llega en medio de los planes de reconstrucción de las comunidades de Pacific Palisades y Altadena, las zonas más afectadas, y entre una lluvia de críticas por la gestión de las autoridades de la respuesta a la tragedia. “Nuestra ciudad necesita un nuevo liderazgo en del Departamento de Bomberos”, aseguró la regidora.

Bass comunicó el despido a través de un comunicado en el que responsabiliza a Crowley de haber enviado a casa a 1.100 bomberos que debían estar en activo la mañana del 7 de enero, el día que se registró el primer incendio, el Palisades, al oeste de la ciudad. “Además, el presidente de la Comisión de Bomberos pidió un informe posterior sobre la respuesta a los incendios y la jefa se negó. Por esto necesita ser removida del cargo”, señala la alcaldesa. Bass ha nombrado a Ronnie Villanueva, un veterano del departamento con más de 40 años de experiencia y quien ya se había retirado, como interino.

El Ayuntamiento ha informado de que Crowley ha recurrido a una ley del servicio local que le permite mantenerse dentro del departamento a pesar de haber sido removida del cargo. El nuevo jefe de bomberos será quien disponga las nuevas responsabilidades que tendrá Crowley, quien se convirtió en la primera mujer en ascender al más alto rango de la organización, que tiene 3.750 bomberos. Fue nombrada jefa en 2022 por el antecesor de Bass, el también demócrata Eric Garcetti.

La relación entre ambas fue descarrilada por los incendios de inicios del año. El punto de quiebre fue una entrevista que Crowley dio a la televisión local en plena emergencia. Esta fue emitida el viernes 10 de enero, mientras miles de bomberos combatían múltiples frentes en toda el área metropolitana de Los Ángeles. Crowley aseguró en la charla con una periodista de la cadena Fox 11 que sus supervisores, la propia Bass, le habían fallado al departamento al recortarles 17 millones de dólares del presupuesto, lo que evaporó la capacidad de contratación de nuevos bomberos y una paga de siete millones de dólares en tiempo extra facturado por los uniformados. La jefa de bomberos calificó la situación de “insostenible”, un término que repitió a varios periodistas, entre ellos Jake Tapper, de la CNN.

La entrevista fue un bombazo informativo. Alimentó especialmente a la prensa conservadora, que encontró munición suficiente para utilizar en contra de Bass, quien ya estaba a la defensiva después de haber sido sorprendida fuera del país cuando iniciaron los fuegos. Las revelaciones de Crowley provocaron un terremoto político en el Ayuntamiento. Bass ordenó a la jefa de bomberos que se presentara en su oficina horas después de la emisión. La reunión fue tan larga que impidió a la regidora participar en la conferencia nocturna diaria en la que hablaba sobre los avances en la lucha contra los fuegos, que destruyeron 18.000 edificios.

El británico The Daily Mail aseguró aquella tarde de viernes que Bass había despedido a Crowley por la entrevista. El portavoz de la alcaldesa desmintió al diario en las redes sociales. “Es importante hacer notar que la jefa de bomberos sigue en pleno control del departamento”, aseguró Erik Scott. Crowley no perdió el trabajo entonces, pero la relación quedó dañada más allá de cualquier posibilidad de reconciliación. Ambas siguieron compareciendo en las ruedas de prensa diarias que varias autoridades ofrecían. El despido tardó seis semanas en llegar.

Incluso antes de los incendios, Crowley fue muy abierta con sus críticas. En diciembre envió un memorando a los comisionados que supervisan su departamento en el que mostraba su preocupación por la decisión de las autoridades de la ciudad de eliminar puestos administrativos en la institución. En la entrevista con Fox, la jefa de bomberos aseguró también que el departamento debía abandonar los tiempos de austeridad y construir 62 estaciones nuevas y doblar el personal encargado de la lucha contra los incendios.

Esta semana, Bass devolvió el golpe y culpó a Crowley por no haberle informado adecuadamente del riesgo que enfrentaba la ciudad a inicios del año, cuando ella se disponía a viajar a Ghana para formar parte de la ceremonia de toma de protesta del presidente. “Ella tiene el número de mi móvil y sabe que puede llamarme en cualquier momento del día. Esto no sucedió”, aseguró el jueves. Esos días, no obstante, Los Ángeles estaba bajo una alerta del Servicio Meteorológico Nacional por un fenómeno de fuertes vientos que representaban un algo riesgo para la vida. Bass ha fulminado a Crowley, pero la crisis política que la rodea no ha terminado.