Modalidad de Cobertura Complementaria de Fonasa: menos libertades en salud
La MCC puede ser una solución cara, incluso más costosa que los planes de isapres manejados anteriormente por el mismo grupo familiar
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La Modalidad de Cobertura Complementaria (MCC) de Fonasa es una realidad inminente para los chilenos. De hecho, ya se observa una migración masiva de afiliados de isapres tras la Ley Corta, lo que subirá el valor de los planes. Se trata de un valor único por afiliado, sin selección de riesgo.
A modo de ejemplo de cálculo, un cotizante con una familia de cuatro integrantes pagará un 7% de su sueldo imponible, más una cuota. Aun en definición por las aseguradoras se estima en 30.000 pesos por cada miembro del grupo, valor muy optimista en un escenario pronosticado por el Gobierno. La MCC puede ser entonces una solución cara, incluso más costosa que los planes de isapres manejados anteriormente por el mismo grupo familiar.
Por otra parte, resulta preocupante que la nueva modalidad quita la libertad de elegir al médico tratante y el establecimiento prestador si no forman parte de los adscritos a esta nueva modalidad. Asimismo paquetiza las atenciones en función de la enfermedad o diagnóstico, y los exámenes y procedimientos ya estipulados. Así, a modo de ejemplo, si un paciente quisiera hacerse un examen o utilizar un medicamento de su preferencia, deberá asumir desde su propio bolsillo, si esta no forman parte de la canasta de prestaciones establecida, muy parecido a lo que ocurre en las GES (Garantías Explícita en Salud).
Es probable que la gran masa de pacientes mayores de 60 años y adultos mayores con patologías crónicas, deberán iniciar un peregrinaje para identificar el mejor seguro de salud que le permita atenderse en el lugar que elija. Aquellas compañías de seguros que hoy se suman a la MCC, actuarán bajo normativas financieras y no sanitarias, y al tratarse de soluciones paquetizadas por los prestadores, muchas de ellas sucumbirán al cabo de tres años, plazo en que expira su convenio.
Probablemente, seremos testigos de los primeros problemas en el mediano y largo plazo, cuando los prestadores privados deban ajustar sus tratamientos y procedimientos al arancel definido en esta modalidad de cobertura e intentarán resolver el problema con lo más básico. Este mercado podrá parecer muy seductor para muchos oferentes, pero en el tiempo algunos prestadores privados terminarán colapsando, cuando no logren cubrir sus costos operacionales.
En las isapres existen distintos subgrupos. Los adultos mayores verán que les subió mucho su valor de la isapre y se verán obligados a migrar a un seguro público, debiendo evaluar la oferta de seguros complementarios existentes. La modalidad de cobertura complementaria es una más dentro del resto de las posibilidades que ofrece el mercado hoy. Asimismo, las clínicas ya generan seguros de segunda capa a pacientes Fonasa y otros específicos como oncológicos, de accidentes y catastróficos. Luego vienen los grupos de edad media, entre 40 y 60 años, que gozan de un trabajo fijo, y que quizás no migren tanto. Y después están los jóvenes, que son sanos, no tienen riesgo y querrán migrar porque consideran que el 7% que cobra Fonasa es más bajo que el 11% promedio que les cobra hoy una isapre.
Otro aspecto importante es el acceso a tecnología y medicina de calidad en lugares aislados del país, ello considerando que se cobrará un mismo arancel a un paciente de Osorno, de Victoria o de Santiago, pese a que la red de oferentes es diametralmente distinta; en tecnología, oportunidad, calidad e infraestructura.
Estas son las tres preocupaciones: razones económicas, pérdida de libertades del paciente para elegir su establecimiento y médico tratante, y la paquetización de la prestación de salud.
Estos son desafíos que de no resolverse adecuadamente podrían tener efecto en la calidad de servicios de salud que reciban las personas. No nos perdemos un instante en ser críticos si con esto ayudamos a que los derechos y la salud que merecen los pacientes sean respetados, en términos de calidad, accesibilidad y equidad, desde cualquier parte del país.
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De isapre a Fonasa: cómo cambiar al sistema de salud público en Chile
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