El repentino fallecimiento el 14 de diciembre del fundador de Mango, Isak Andic, sigue siendo objeto de investigación. El Juzgado de Instrucción Número 5 de Martorell decidió, la semana pasada, reabrirla después de que los Mossos d’Esquadra practicaran nuevas diligencias, tras darle carpetazo provisional en enero. El empresario de origen turco falleció al caer por un desnivel de 150 metros durante una excursión en la montaña de Montserrat, en la que estaba acompañado por su hijo Jonathan, vicepresidente del consejo de la textil. Este lunes, el consejero delegado y presidente del grupo, Toni Ruiz, ha valorado la reapertura de la investigación como “dura emocionalmente”. “Agradecemos la exhaustividad que se está siguiendo en el proceso”, ha añadido el ejecutivo.

Esta es la única valoración que ha hecho Ruiz al respecto de la reapertura de la investigación durante la rueda de prensa de presentación de los resultados anuales de Mango. Los investigadores mantienen la hipótesis del accidente como principal línea de investigación, pero consideran incongruentes algunas de las declaraciones de Jonathan Andic sobre los hechos, aunque la policía no cree que el hijo del fallecido oculte información.

El fallecimiento de Isak Andic dejó abiertas algunas incertidumbres respecto a la sucesión en la presidencia y en el accionariado del grupo textil. La primera se aclaró hace poco más de un mes, cuando Mango confirmó el nombramiento de Toni Ruiz como presidente del consejo, quien ya había asumido el cargo provisionalmente. Lo compatibiliza con el de consejero delegado. El fundador tenía máxima confianza en Ruiz, quien fue nombrado director general en 2018 y consejero delegado dos años después. Tanto es así que en enero del año pasado la compañía ejecutó una ampliación de capital para entregar el 5% de las acciones al ejecutivo, que se convirtió en la primera persona ajena a la familia en tener una parte de la propiedad de Mango. Al finalizar la rueda de prensa, Ruiz ha dicho sentirse “profundamente agradecido por lo que decidió el consejo de administración y por la confianza de la familia”.

El otro 95% de las acciones estaban en manos de Isak Andic, participación que controlaba en última instancia a través de la sociedad unipersonal Punta Na Group. Toni Ruiz no ha aclarado cómo queda el reparto de esa porción del capital una vez fallecido Andic, algo que, según ha afirmado, este dejó fijado en su testamento. “Forma parte aún de la más absoluta intimidad de la familia”, ha dicho el principal ejecutivo de Mango, que sí ha puntualizado que “Isak Andic lo dejó totalmente ordenado, tanto a nivel de empresa como de familia”. “Y todo lo que puedo decir es que la familia continuará el legado”, ha añadido.

Tras el fallecimiento de Andic, y como es habitual en este tipo de procesos, la familia solicitó el certificado de últimas voluntades, que acredita si la persona fallecida ha dejado testamento, como ha sido este caso. La legislación marca un plazo de, al menos, 15 días hábiles desde el fallecimiento para realizar la solicitud, por lo que dicho certificado estuvo disponible en la primera semana de enero.

A la espera de que los tres hijos de Andic, Jonathan, Judith y Sarah, decidan o no dar a conocer cómo queda estructurado el capital de Punta Na, estos ya han recompuesto las estructuras de las sociedades bajo las que el empresario aglutinaba todo su patrimonio inmobiliario y empresarial.

La cabecera de ese grupo de empresas era la sociedad Punta Na Holding, bajo la que pende, por un lado, el negocio inmobiliario, que desarrolla Punta Na SA; y por otro, la propiedad del 95% del capital de Mango, que ostenta a través de Mango MNG Holding.

Tras lo pactado entre los hermanos, Jonathan Andic quedó como presidente de la cabecera y también de Mango MNG Holding. En esta última, Judith y Sarah Andic son ahora vicepresidentas. La primera también es apoderada de Punta Na Holding, mientras que la segunda es ahora presidenta de la filial inmobiliaria.