María Felipa, la escuela brasileña que pone en el centro los saberes negros e indígenas

Alumnos del turno completo juegan durante una de las clases en la escuela María Felipa, en Río de Janeiro.
Educación

María Felipa, la escuela brasileña que pone en el centro los saberes negros e indígenas

Con sedes en Salvador y Río de Janeiro, esta escuela infantil ofrece una educación antirracista y decolonial

Alumnos del turno completo juegan durante una de las clases en la escuela María Felipa, en Río de Janeiro.
Joan Royo Gual
Río de Janeiro – 20 abr 2025 – 06:00CEST
Compartir en Whatsapp
Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
Compartir en Bluesky
Compartir en Linkedin
Copiar enlace
Ir a los comentarios

EL PAÍS ofrece en abierto la sección América Futura por su aporte informativo diario y global sobre desarrollo sostenible. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscríbete aquí.

En los pasillos de la escuela María Felipa de Río de Janeiro, hay unos cuantos dibujos inspirados en Nina Simone, y un gran abecedario ilustrado con personalidades negras que empieza por la A de Angela Davis. Las clases tienen nombres que van más allá de lo obvio en el mundo infantil. Ni rastro del aula de los leones o de los delfines. Aquí son el Imperio Inca o el Reino de Mali. La veintena de niños que estudian en esta escuela forman parte de un proyecto que busca rescatar la herencia africana e indígena de Brasil y ponerla en el centro del currículum pedagógico, mientras se deconstruye la enseñanza tradicional plagada de nombres y referencias blancas y europeas.

“Siempre fue una escuela muy deseada. Las familias que están aquí la buscaban mucho, era su escuela soñada”, comenta Maíra Costa Ivanir dos Santos, la directora desde este edificio de cuatro plantas en el barrio carioca de Vila Isabel. Da la bienvenida al colegio un enorme mural que pintó el colectivo Negromuro con la heroína que le da nombre: María Felipa fue la bahiana que en 1822 lideró una revuelta de mujeres negras e indígenas que quemó decenas de embarcaciones portuguesas en la isla de Itaparica, cuando Brasil luchaba por la independencia. Personajes como ella, casi siempre olvidados en los libros de Historia, sustituyen a los manidos príncipes del castillo de los cuentos hasta hace poco hegemónicos en los ambientes escolares.

La directora Maíra Costa Ivanir.

Pero hay más: la educación en esta escuela es trilingüe (portugués, inglés y lengua de signos) y el orgullo negro no sólo está en las clases de capoeira o danzas afro, sino también en la manera en que se enseña a leer y a escribir, usando las rimas del rap, por ejemplo, o en cómo se incorporan los saberes indígenas y de las religiones afro sobre las plantas medicinales. Todo el personal docente de la escuela es negro, y la mayoría de los alumnos también lo son, aunque también hay niños blancos. La escuela es privada (cuesta unos 2.000 reales al mes, unos 340 dólares), pero el 20% de las plazas están becadas y son gratuitas para familias con menos recursos económicos.

Una de las maestras es Danielle Catanhede, más conocida como Preta Lagbara. Ella se empeña en que los niños la llamen ‘Tía Preta’ (la tía negra), para que desde pequeños pierdan el miedo a esa palabra, tantas veces disimulada (“morena”, “morenita”…). Preta explica que ahora ella imparte la educación que le hubiera gustado recibir: “Tengo 45 años y yo nunca pasé por un lugar en que se trabajasen nuestras potencias. Cuando todo el tiempo escuchamos que descendemos de un pueblo que fue esclavizado y no se trata la cuestión de reconocer las potencialidades puedes acabar en un lugar de servilismo, pero aquí no: aquí abordamos eso desde el principio, por eso las clases tienen nombres de reinos, para que se vean como sus descendientes. Saldrán de aquí entendiendo de dónde vienen”, dice convencida.

Alumnos con una de las obras que ellos mismos crearon como parte de la celebración de la semana afroindígena.

Los inicios de la escuela no fueron fáciles. La de Río se inauguró hace poco, en enero, pero la primera abrió sus puertas en Salvador de Bahía hace seis años. La idea fue de Bárbara Carine, autora del libro Cómo ser un educador antirracista y muy conocida en las redes sociales por su perfil Uma intelectual diferentona(tiene más de 600.000 seguidores). La idea de crear una escuela “afrocentrada” surgió cuando, al buscar escuela para su hija, se deparó con la oferta extremadamente blanca que había en Salvador, su ciudad natal, paradójicamente la ciudad más negra del mundo fuera de África.

“Eran currículums con apenas una perspectiva historiográfica (…) todo centrado en Europa, en la producción blanca, colocando a negros e indígenas en una posición periférica en la producción de conocimiento”, critica Carine. A falta de una opción que la convenciese, decidió crearla ella misma. Junto a otras dos socias consiguió el capital para sacar adelante la escuela. Recuerda que al principio tuvo que batallar para defender el concepto: desde el poder público que pensaba que se trataría de una escuela de percusión afro hasta quienes la acusaban de impulsar un centro segregacionista. “Hubo personas completamente ignorantes que nos acusaron de algo que no existe, que es el racismo reverso, con el estigma de que esta sería una escuela sólo para negros. Es una escuela para todos los niños, para educarles sobre su potencia y la de los otros. Siempre nos colocamos en ese lugar de acogida de todas las perspectivas, de raza, género, clase social, religión…”.

Imagen que homenajea a la combatiente histórica María Felipa, quien da nombre a la escuela.

Tras mucha paciencia y didáctica, Carine y su equipo lograron incluso que el Ministerio de Educación les reconociese como la primera escuela infantil de educación afrobrasileña. De hecho, es uno de los pocos colegios de Brasil que cumple a pies juntillas una ley del año 2003 que obliga a todas las instituciones de enseñanza (tanto públicas como privadas) a incluir historia y cultura de la herencia africana en Brasil en sus temarios. La escuela Maria Felipa de Río tiene una larga lista de espera y el curso que viene ampliará las aulas para acoger a niños más mayores. La fundadora cree que lo tiene todo para ser un proyecto piloto que el Gobierno podría abrazar para replicar a escala nacional, en escuelas públicas. “Sólo falta querer”, avisa.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Añadir usuarioContinuar leyendo aquí

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Mis comentariosNormas
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos
Suscríbete en El País para participarYa tengo una suscripción

Please enable JavaScript to view the <a href=”https://disqus.com/?ref_noscript” rel=”nofollow”> comments powered by Disqus.</a>

Más información

Lula Brasil indígenas

El mayor líder indígena de Brasil regaña a Lula por su intención de extraer petróleo en el delta del Amazonas

Joan Royo Gual | Río de Janeiro
Adultos y jóvenes voluntarios plantan un árbol joven en la Playa de Botafogo, en Río de Janeiro

Cansados de esperar que los políticos hagan algo, voluntarios brasileños reverdecen sus ciudades

Joan Royo Gual | Río de Janeiro

Archivado En

  • Desarrollo sostenible
  • Economía sostenible
  • América
  • Brasil
  • Racismo
  • Historia
  • Educación
  • Río de Janeiro
  • Salvador de Bahía
  • Afrodescendientes
  • Indígenas
06:00

Podcast | ¿Qué son los FANI?

06:00

María Felipa, la escuela brasileña que pone en el centro los saberes negros e indígenas

06:00

Huellas dactilares, pelo y uñas: un polémico kit forense para facilitar la búsqueda de los desaparecidos en México

06:00

Laura Sarabia y Armando Benedetti ponen fin a su tregua

Ultimas Noticias